De la composición única de su aceite, podemos destacar:
Su
alto contenido en ácido linoleico (50%), un ácido graso esencial poliinsaturado también conocido como
omega-6 e imprescindible para una piel sana.
Fortalece la barrera lipídica, alisa su superficie y
mantiene la elasticidad de la piel, protegiéndola de los procesos de
descamación y deshidratación, o de los daños causados por los rayos UV. Además
calma las pieles irritadas, sensibles y enrojecidas.
Es además una
fuente natural y abundante de vitamina e (193 mg/kg), antioxidante que actúa en la piel reduciendo las estrías y las arrugas.
Pero lo más interesante del aceite de comino negro ecológico de primera presión en frío, es su
alto contenido en aceite esencial que le confiere un olor picante y único que me encanta.
La
timoquinona es uno de los principales componentes de su aceite esencial (hasta el 48%).
Antiséptico y antiinflamatorio natural, ayuda a la curación de las pieles acnéicas, pequeñas heridas, y calma las pieles sensibilizadas y atópicas que sufren alergias, rojeces e irritaciones.
La sinergia de sus componentes otorgan al aceite de comino negro las siguientes propiedades:
-
antibacteriano.-
antifúngico.-
cicatrizante : aumenta la producción de colágeno.
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anti-inflamatorio: para pieles con problema de psoriasis, acné, rosácea o eczema.
-
disminuye manchas de despigmentación (vitiligo).
Por todas estas razones el aceite de comino negro no podía faltar en nuestro
limpiador facial, cuya fórmula rica en ácidos grasos,
fortalece y nutre a diario tu piel además de limpiarla suavemente..